Cintya Tinoco Aráuz
La histórica Plaza de la Revolución, en Managua, fue nuevamente escenario de una fecha memorable, cuando este 10 de enero, el Comandante Daniel Ortega, Presidente de la República y la Compañera Rosario Murillo, Vicepresidenta, fueron juramentados para ejercer la presidencia del país durante el periodo 2017-2022.
Con la apertura de la Sesión Solemne de la Asamblea Nacional, por parte del doctor Gustavo Porras, Presidente del Poder Legislativo, se dio inicio al acto de Toma de Posesión donde el Comandante Daniel y la Compañera Rosario reiteraron su compromiso de seguir trabajando por la seguridad, desarrollo, prosperidad y bienestar de las familias nicaragüenses.
“Ratificamos el compromiso con ese juramento que hemos hecho hoy de seguir trabajando en unidad con todas las fuerzas económicas, sociales y políticas de nuestro país, a seguir trabajando en unidad en bienestar de nuestro pueblo, fortaleciendo esta gran alianza”, enfatizó el Comandante Ortega, luego de recibir la banda presidencial.
Antes de iniciar su discurso al pueblo de Nicaragua, Daniel pidió al Cardenal Miguel Obando y Bravo, Arzobispo Emérito, su bendición para iniciar este nuevo periodo presidencial de la mano de Dios. Seguidamente le dio la palabra a la Vicepresidenta.
“Aquí estamos, vamos juntas, conscientes de todos lo que nos falta, vamos adelante, las mujeres hemos avanzado, crecido, aprendido y tenemos el futuro por delante para crearlo juntas”, manifestó la compañera, haciendo un llamado a las mujeres nicaragüenses para que sigan siendo protagonistas de nuevas victorias.
A la vez aseguró que “cada día es un día de trabajo, una inmensa responsabilidad sobre todo para afianzar la paz, la unidad que representa la prosperidad que Dios tiene preparada a las familias nicaragüenses”.
En el acto estuvieron presentes mandatarios de los hermanos países de Venezuela, Honduras, El Salvador, Bolivia, China Taiwán y el Vice Presidente de Cuba, así como delegaciones de diferentes naciones del mundo, organismos internacionales, cuerpo diplomático, invitados especiales, funcionarios de los poderes del Estado nicaragüense y representantes de la empresa privada y sectores del país.
Unidad de la nación
El Comandante Daniel destacó que desde que inició la nueva etapa de la revolución se ha venido trabajando para erradicar la pobreza y el hambre en el país, además de crear condiciones para el desarrollo económico y social.
“Cuando llegamos en el 2007 al gobierno, empezamos a construir de nuevo la unidad de la nación, ahora ya no para derrocar una tiranía impuesta por el expansionismo norteamericano sino que ahora se trataba de la unidad para erradicar la pobreza, el hambre, para mejorar las condiciones de vida de las familias nicaragüenses, para dignificarlas”, dijo Ortega.
Parte de ese modelo de reconciliación, unidad y alianza que se impulsó en esta nueva etapa, permitió que poco a poco se fueran asentando bases de confianza “fortaleciendo el compromiso de levantar Nicaragua, reconstruir Nicaragua en todos los campos, con la unidad del pueblo partiendo de las principales fuerzas que son determinantes para el desarrollo de la economía, los trabajadores, los productores, los empresarios, los campesinos, los agricultores, todos juntos, y movilizando a la juventud en esa gran tarea”.
La seguridad indispensable
El Presidente de la República aseguró que una pieza clave para construir un país en prosperidad es el aspecto de la seguridad, y Nicaragua posee esa fortaleza gracias a que las instituciones como el Ejército y la Policía que tienen sus raíces revolucionarias y a lo largo de su historia han mantenido sus principios y valores que se ven fortalecidos con el apoyo de la misma comunidad.
“En el 2007 la Policía y el Ejército haciendo su trabajo garantizando la seguridad que lo venían haciendo, pero cuando retomamos el gobierno ellos continúan ya con mayor respaldo lógicamente”, recalcó el mandatario.
La titulación de 37 mil kilómetros cuadrados del territorio de la Costa Caribe Norte y Sur, fue parte de los primeros compromisos asumidos por el mandatario nicaragüense, como parte de la restitución de derechos de las familias autóctonas.
Además de seguir promoviendo y fortaleciendo los programas y proyectos sociales en beneficio de las familias más vulnerables, así como la integración Centroamérica y del Caribe a través de las diferentes alianzas que permitan la unidad de los pueblos de nuestra América y el mundo.