Tatiana Rodríguez Vargas
La tristeza en los rostros de los padres, viuda y familiares del Sub Oficial Mayor Carlos Alberto Suce Ortiz, era evidente por la pérdida de este gran ser humano, hijo, padre, esposo y policía, a quien se le rindió homenaje póstumo en la ciudad que lo vio nacer y morir, Masaya.
Acto que estuvo presidido por el Primer Comisionado Francisco Díaz Madriz, Director General de la Policía Nacional, acompañado de miembros de la Jefatura y Consejo Nacional de la Policía, así como autoridades locales y miembros del Consejo de Ancianos de la Comunidad Indígena de Monimbó, quienes realizaron guardia de honor en el féretro de Suce.
El Director General entregó el ascenso en grado póstumo de Teniente y la Medalla al Valor Subcomisionado Juan Ramón Torres Espinoza, a su viuda Yousel Verónica Cruz, para su debida conservación y custodia.
Por las calles de Monimbó, lugar donde habitaba este hermano que ofrendó su vida, se realizó la marcha fúnebre donde fue evidente la participación de la población, quienes ovacionaban vivas en honor a Suce, para luego ser trasladado al cementerio Sur Oriental, ubicado en la salida del barrio.
Como un hombre sencillo, amable y trabajador, así será recordado este Héroe de la Paz y la Seguridad. “Mi hijo fue una excelente persona tanto aquí en el barrio como en el trabajo, hoy que pasa esto es doloroso, me duele mucho, y le digo a ustedes que se cuiden también porque hay gente mala”, mencionó su mamá doña Martha Cecilia Téllez.
Señaló que siempre apoyó a su hijo “porque eso le gustó, y le pido a Dios fuerza para resistir porque mi hijo no murió como un cobarde, murió defendiendo la Patria”.
Aún con lágrimas en sus ojos, su viuda Yousel Verónica Cruz, dijo que lo recordará a como él era “alegre, popular, cariñoso, amaba mucho a su hija, daba todo por ella. Me lo quitaron pero de Dios vendrá la recompensa. A él le gustaba mucho su trabajo”.
El Teniente Carlos Alberto, tenía siete años de pertenecer a las filas de la Institución Policial, y estaba ubicado en la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP), deja en la orfandad a una niña de cinco años de edad, murió a causa de un disparo propinado por miembros de la agrupación delincuencial Chabelo, cuando los delincuentes pretendían escapar de un retén policial en el camino viejo a Niquinohomo.
¡Honor y Gloria al Teniente Carlos Alberto Suce Ortiz!