Noche de vigilia por el Santo Patrono de los managuas

Mayco Montiel

Desde las tradiciones “vacas culonas” en el barrio San José Oriental de la capital, pasando por la “vela del barco” en el barrio San Judas, para luego continuar con la alegría de la “vela del arco” en el gancho de camino, hasta ver si un grupo de hombres alcanza el premio escalando el “palo lucio” promovido por el tradicionalista Chema Pelón, son las tradicionales actividades con las que año con año los managuas saludan la llegada de su Santo Patrono a la capital.

La diminuta imagen de “Minguito” baja este primero de agosto a Managua, proveniente de las Sierritas, para quedarse en la capital durante 10 días, recibiendo la devoción y agradecimientos de todos sus feligreses y promesantes, en un ambiente donde se mezcla el fervor religioso con la algarabía popular.

La historia popular refiere que estas tradicionales fiestas se celebran desde hace más de 400 años, cuando la diminuta imagen de “Minguito” insistió en quedarse en la capital, pese a que el patrono oficial según el derecho canónico es Santiago.  Desde entones centenares de miles de capitalinos reciben durante 10 días a quien popularmente han declarado su Santo Patrono: Santo Domingo de Guzmán.

Las “vacas culonas”

Al comenzar las fiestas patronales de Managua en honor a Santo Domingo de Guzmán, la tarde de cada 31 de Julio, comienza la inmensa fiesta en la capital y arranca con la soltada de toros en el barrio San José Oriental de Managua, donde familias enteras disfrutan de la adrenalina que cobija a jóvenes para montar toros o bien correrse de los mismos, una tradición de muchas generaciones.

“Con esto son 24 años que celebramos el comité a las vacas culonas en honor a Santo Domingo, la cual nace en los años 90, tiempo en el que al pueblo le hacía falta más cultura y tradición, y nos dimos cuenta la gente del barrio y mi familia que era necesario revivir nuestra identidad en nuestra fe y en nuestra tradiciones, fue por eso que desde este barrio revivimos esa cultura y tradiciones”, expresó Pedro Orozco, organizador de las “vacas culonas”.

La “vela del barco”

Luego de compartir la tradición de las “vacas culonas”, nos movimos a otra actividad que reúne también a una tradicional familia, les hablamos de los nietos del ya fallecido Lisímaco Chavez, quien fue uno de los más tradicionalistas en las fiestas a “Minguito” y que sigue el legado cada año por los nietos del creador de la “chicha de las siete quebradas”. A esta singular actividad, es llevado el barco que trasladará a Santo Domingo a la iglesia de los escombros una vez entra a la capital.

“Es una tradición que nos marca como familia, porque le costó a mi abuelo seguir con esta tradición, en 1961 Lisímaco cometió una desobediencia de trasladar la imagen de Santo Domingo ante la Guardia Somocista, de la cual se había prohibido realizar las fiestas, porque la Guardia decía que esa fiesta era manociada por todos los managuas, sin importale mi abuelo tomó la imagen y la trasladó a Managua, la cual le costó prisión y fue excomulgado de la iglesia”, narró el nieto de Lisímaco Chávez, Raimon Lisímaco.

Raimon asegura que la tradicional “chicha de la siete quebrada” se sigue haciendo por sus hermanos y por su propia persona, quien nos explicó que “la bebida se prepara con esencia natural piña, coyolito, jengibre y los siete días de fermentación del cuerpo sin bañarse”, sino hasta el día que el barco llega al barrio San Judas es que los nietos de Lisímaco se bañan y preparan la tradicional bebida, dándole un toque de sabor con los calzoncillos que dejó el fallecido Lisímaco.

La “vela del arco”

Otra tradición que ya es conocida por los managuas, es la costumbre de amanecer con música al ritmo de bandas filarmónicas y con presentación artística cultural en la “vela del arco”, en el gancho de camino, donde pasa el Santo Patrono de los capitalinos, visitando y bendiciendo a todos los del mercado Oriental, aquí también hay un tradicionalista de la fiesta de Minguito, les hablamos de César Sequeira, quien organiza una gran cantidad de gente para cargar a Santo Domingo, mientras baja de Las Sierritas, quienes ya se encuentran listos.

“Estamos listos, ya tenemos las bombas, nuestras cotonas y esperamos el bus para que nos traslade a las cuatro de la mañana a las sierritas, llevamos seis gruesas de morteros, seis de cuetes y 600 varas de carga cerrada, la cual será supervisada y resguardada por la Dirección de Armas, Explosivos y Municiones (DAEM)”, manifestó Sequeira.

La vela del arco transcurrió en un ambiente de alegría, fervor religioso y devoción al Santo Patrono.

El “palo lucio”

Por último, en nuestro recorrido por las vigilias que anteceden a la llegada de Santo Domingo, nuestra última parada fue en la rotonda Cristo Rey, donde se aglomeran los capitalinos para ver a una cantidad de hombres luchando juntos para llegar a la cima del “palo lucio” y así llevarse su respectivo premio. Tradición que tiene ya muchos años creado por el tradicionalista Chema Pelón.

“Ya son 42 años de celebrar a Santo Domingo, después de esos milagros que él me realizó, y que través de ellos se creó el “palo lucio”, que lo realizamos cada 31 de julio y el nueve de agosto de cada año, que Dios me permita llegar a otro año más para seguir celebrando a Santo Domingo”, expresó José María Barahona, mejro conocido como “Chema Pelón”.

Cobertura Policial

No podíamos dejar de destacar que la cobertura policial está en todas las actividades ante de la llegada de Minguito a la capital, más de mil efectivos policiales garantizaron que la población asistente pudiera gozar de seguridad y tranquilidad de las fiestas nocturnas en honor al patrono.

“La seguridad está bien, no ha ocurrido pleito, gracias a Dios desde que estamos aquí no ha ocurrido nada”, dijo doña Cayetana Toruño, habitante de Managua.

Doña Lucenelia Romero, fue otra capitalina que nos manifestó que “yo veo más orden y disciplina, porque así uno celebra a Santo Domingo con mucho fervor y amor”.

“Directamente estas celebraciones se trabaja de la mano, ellos nos están garantizando las seguridad y apoyándonos al 100%”, expresó Franklin Oporta, nieto de Lizímaco Chávez.

Sin duda que las fiestas de Managua son de mucha alegría, fervor y tradición, una gran historia en la veneración de Santo Domingo, que año con año regala su bendición a la capital.