Leoneses agradecidos por la intercesión de la Virgen María

Mayco Montiel

Ya han pasado 70 años, cuando el pueblo de León invadido de cenizas por la erupción del Cerro Negro, suplicó penitente la intercesión de la Virgen María en el Misterio de su Asunción para que Dios dominara la furia del coloso. Desde entonces cada año en las casas leonesas se arreglan altares dedicados a la Virgen, recordando el milagro de Dios para este pueblo mariano.

“La Asunción nos invita a mirar al cielo, no para  olvidarnos de la tierra, sino que para que mirando al cielo le demos a la cosas del mundo el valor  relativo que tiene, somos ciudadanos del cielo donde esta nuestra madre, ella nos ayuda a transitar en este mundo haciéndonos cada día mejor y más fraterno, comprometámonos en toda obra buena sabiendo que eso nos prepara un lugar con nuestra madre para gloria de Dios en el paraíso”, expresó el Obispo de León, Monseñor Bosco Viva, durante su homilía en la Misa celebrada en la catedral de León, previo al inicio de la Gritería de Penitencia.

Tradición de generaciones

Al culminar la misa en la puerta principal de la Catedral, el Jerarca católico, recitó la frase que evoca el saludo amoroso a la  Virgen Santísima, a una sola vos los leoneses gritaron con júbilo “la Asunción de María”, con el grito comenzaron a sonar las campanas, las gigantonas al son de los atabales comenzaron a danzar y la pólvora adornó el cielo con sus juegos de luces y sus explosiones anunciando el inicio de la Gritería de Penitencia que de casa a casa los leoneses saludan, cantan y honran a la Virgen María.

Doña María Leticia Dávila, nos comentó que no recuerda cuanto años lleva gritándole a la virgen María “es una tradición de generaciones, porque mis padres eran tremendos a celebrar a la virgen, la verdad que no tengo palabras de lo feliz y contenta que estoy de volver a celebrar a la Virgen María”.

“Mi madre la celebraba cuando yo estaba pequeña y ella misma me dejó la religión a la Virgen, a mis 73 años la sigo celebrando por ese milagro que nos hizo aquí en  León”, expresó Doña Julia Juárez.

Con gran emoción doña  Victoria González,  nos expresa  que “desde que nací vengo celebrando a la Virgen, porque fue mi madre las que nos enseñó y me siento feliz porque me ha hecho muchos milagros y como buena católica la celebro con gran amor”.

La gorra 

En esta particular celebración mariana no falta la gorra, la gorra que viene cargada de dulces, cajetas, gofios y comida entre otras cosas, que los penitentes reparten en sus casas de habitaciones y que el solo hecho de cantar una estrofa a la Virgen o recitar el saludo a la madre de Dios frente a los altares, los visitantes se llevan sus respectivos paquetes.

Algo que fue notorio en esta actividad de los leoneses, fue la seguridad que la Policía Nacional, garantizó en esta alegría del pueblo mariano que año con año rinden honores a la madre del cielo, y cuentan con el resguardo, la tranquilidad y la paz de parte de la Institución del Orden Público.